Hace algo mas de un año y coincidiendo con la presentación del Talgo Avril, me refería en una entrada de este mismo blog al interés intrínseco y al alto impacto mediático y social que supondría que la empresa Talgo acometiera, en sintonía con la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, la puesta en operatividad de una composición del Talgo II y la presentara, dentro de un par de años, junto a su mayor consecución tecnológica: el Avril, ya operativo.
Naturalmente, aquella entrada no tuvo ninguna respuesta, pero ello no es óbice para que ahora que la empresa ya se ha asegurado el llamado "megacontrato" de RENFE, me permita volver a insistir en la importancia de una acción de este tipo. Para empezar, se recuperaría funcionalmente uno de los principales "buques insignia" de nuestra historia ferroviaria. Al mismo tiempo, constituiría un homenaje a los ingenieros y operarios de todo tipo que lo desarrollaron, así como a los directivos y empresarios que creyeron y apostaron por él y por unas ideas que, en parte todavía perduran, y que permitieron otros desarrollos tecnológicos. Y, por si fuera poco, se abrirían las puertas del recuerdo para varias generaciones de españoles y las de un territorio desconocido y apasionante para otras generaciones más jóvenes.
Supongo que, aunque en el caso de esta idea fuera tomada en consideración, surgirían pegas e inconvenientes de todo tipo. Pero, en principio el material existe: ahí sigue la locomotora "Virgen de Aránzazu" en el Museo del Ferrocarril de Madrid y la Virgen de Begoña" en el de Vilanova. Y supongo que entre los coches todavía existentes en ambos museos y los que deben seguir existiendo en la factoría de Rivabellosa, se podría obtener una composición decente. Por supuesto, no se me oculta que el coste económico pueda ser relativamente elevado, pero creo que una empresa como Talgo podría asumirlo perfectamente, y más en el escenario actual en el que tantas puertas se le abren.
Me imagino que otro inconveniente que podría surgir es el del posterior mantenimiento del tren, tanto desde el punto de vista técnico como económico. Es la dificultad que suele aparecer cuando se habla de restaurar y de poner en operación determinado material histórico y desde luego, es un reto importante. Mi opinión es que el problema de fondo no es ese, sino la falta de cultura que ha llevado con frecuencia a considerar material ferroviario verdaderamente histórico como pura chatarra, a desguazar lo antes posible.
Por muchas razones, incluso por el propio bien del país, ya es hora que cambie esa visión tan miope y se corrija esa desafección hacia nuestra historia. Ahora que se han producido cambios en los Ministerios de Fomento y de Cultura, creo que sería el momento adecuado para un replanteamiento profundo de esta cuestión ¿Alguien se lo querría presentar a los correspondientes ministros?
Pero, de momento, y ya sería un paso adelante muy significativo, lo importante sería una decisión de la empresa Talgo hacia esa recuperación del "Segundo". ¿Realmente es tan difícil hacerlo?
Si se quiere conocer un poco más al Talgo II, puede consultarse esta y esta otra entrada de mi blog Trenes y Tiempos.