domingo, 6 de diciembre de 2015

¿Qué pasa con el proyecto del tren de la Sierra norte?

En mi entrada del 22 de marzo de este año me refería a la llegada del TER 9710 a las instalaciones del Museo del Ferrocarril de Delicias, todo flamante, procedente de su excelente reparación y acondicionamiento en la ARMF leridana. Todavía quedaba alguna esperanza de que en el verano pudiera hacerse realidad el proyecto del tren turístico de la Sierra norte de Madrid, organizado por la fundación GALSINMA con la colaboración de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE).

Según pasaban los meses se veía cada vez más claro que el proyecto, al menos por este año, no iba a salir adelante. Hubo varios rumores sobre la causa de ello, pero al final todo parecía indicar que el problema era la negativa de ADIF a permitir la circulación de este tren por el estado de la infraestructura en alguno o algunos de los tramos a recorrer por la línea del directo de Burgos. Y tampoco parecía que ADIF estuviera dispuesta a acometer las actuaciones necesarias que permitieran esa circulación, todo ello en el marco de ese extraño limbo en el que se encuentra esta línea.

Esta situación dio lugar a que el TER haya tenido que permanecer todo este tiempo resguardado en la nave cubierta del Museo. Ello ha forzado a la reubicación de distintas piezas históricas de tal forma que la línea argumental de visita del Museo ha quedado rota y no sé si también a llevar a alguna otra pieza a otra ubicación externa, tal como en el caso de la leona 7301. De ella, seguimos sin saber nada oficialmente, en una situación en la que, como decía en mi entrada anterior, es como si desapareciera de su lugar un importante cuadro de un museo y nadie dijera lo más mínimo, ni de su paradero, ni de las razones del movimiento.



En este contexto, no me parece mal aprovechar la estancia del TER en el museo para organizar una exposición conmemorativa de sus treinta años de servicio y reconozco que la página web que se ha preparado al efecto está bastante conseguida. Cabe esperar que las visitas al interior del vehículo no hagan peligrar su excelente estado conseguido tras la restauración de la ARMF. Y no estará mal tampoco "poner alguna vela" para que las dichosas celebraciones del Mercado de Motores no provoquen desperfectos externos como por desgracia ya ha pasado con alguna otra pieza. 

Pero, más allá de todo ésto, sigue quedando en pie lo principal. ¿Qué pasa y cuál es el futuro del citado tren turístico? Con motivo del anuncio de esta exposición, hace unos días pregunté por ello a la redacción de Vía Libre y la contestación fue literalmente ésta: El tren está cedido a Galsinma, el museo solo lo custodia, Es Galsinma quien puede responderte. Más allá de que, aunque esté cedido a GALSINMA, la propiedad final -supongo- es de la FFE,  no estoy seguro de que esa asociación tenga alguna contestación; de hecho en su página web no hay ninguna referencia a este tema.

Por tanto, y salvo que los responsables de Comunicación de estas entidades me saquen del error, todo parece indicar que la solución sigue estando en el terreno de ADIF. No dudo que ADIF tenga sus razones para actuar como lo ha hecho, pero lo que esta situación denota es algo a lo que ya me he referido con frecuencia: la ausencia -al menos no se ha hecho público- de algo así como un Plan Director de Conservación y Explotación del Material Ferroviario Histórico.  En fin, salvo información en contrario, está claro que como en tantas otras cosas, hay que esperar a la próxima legislatura.

1 comentario:

  1. Desconocia esta iniciativa del tren turistico servido por el TER,lastima de los impedimentos para su realizacion,ya con el automotor transladado y todo

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