jueves, 2 de diciembre de 2021

Ahora no es tiempo de volver a cometer errores del pasado.

En el año 2015 inauguré este blog titulado "Hablando de trenes" con el fin de expresar mis opiniones o reflexiones sobre diversos temas de nuestro ferrocarril, más allá del puro propósito divulgativo que tiene mi otro blog "Trenes y tiempos". Diversas circunstancias me llevaron a ir abandonando este, pero creo que ahora vuelve a ser el momento de recuperarlo, aunque no mantendré una cadencia establecida de publicación. He suprimido algunas de las antiguas entradas, ya obsoletas, mientras que he preferido mantener otras porque, de algún modo, siguen manteniendo un interés. En cualquier caso deben ser leídas teniendo en cuenta que fueron escritas hace ya algunos años. 


En 1985 un Gobierno socialista procedió al cierre masivo de varias líneas ferroviarias que discurrían en su gran mayoría por lo que hoy se denomina la “España vaciada” aduciendo su baja rentabilidad. Ello motivó las protestas de muchos pueblos y comarcas afectadas; protestas y reivindicaciones que hoy, más de treinta años después, siguen estando vivas en muchas de aquellas zonas, como testimonio vivo de la herida que entonces se inflingió. 

Pero si ya en aquella época se consideró por muchos un error tal medida, resulta increíble que ahora, con un Gobierno que pretende ser sensible y tener muy en cuenta esa “España vaciada”, que apuesta decididamente por el desarrollo sostenible -contando con fondos europeos específicamente dedicados a ello-, así como por medios de transporte con nuevas tecnologías no contaminantes, vuelva a repetir aquellos mismos errores de 1985 con la propuesta de cierre del tramo de vía férrea Tarancon-Cuenca-Utiel. Un tramo, sobre todo el Cuenca-Utiel, sobre el que ha pendido durante mucho tiempo esa amenaza, que fue cerrado “provisionalmente” por los daños causados por la borrasca “Filomena” y que ahora el Gobierno pretende cerrar con la aquiescencia y apoyo de algunos empresarios conquenses, la inhibición de la Junta de Comunidades así como de algunas otras "fuerzas vivas"... pero también con la firme protesta de los pueblos de la zona y de algunas organizaciones sindicales.

El tramo ferroviario Cuenca-Utiel atraviesa hermosos parajes de la Serranía de Cuenca y dispone de muy interesantes obras de infraestructura ferroviaria.

En los estudios oficiales que se van conociendo se arguye como causa principal del cierre la baja rentabilidad de ese tramo de la línea pero, al menos en los que he podido ver, no se estudian las causas de esa baja rentabilidad salvo el hecho de que algunas estaciones están a una cierta distancia de los pueblos a los que en principio sirven. Es curioso que no se quiera profundizar más. ¿Por qué no se habla del abandono casi total del mantenimiento de la infraestructura que ha hecho que los trenes hayan tenido que circular a baja velocidad e incluso a veces con cierto peligro? ¿Por qué no se comenta que se han utilizado trenes de tres coches -en buena medida muy envejecidos- en vez de otros con uno o dos, y de este modo poder hablar de porcentajes de muy baja ocupación? ¿Por qué no se citan los increíbles horarios que a veces se han establecido y que para nada tenían en cuenta las necesidades reales de los habitantes de la zona?... ¿Por qué no han llegado a buen puerto las iniciativas de recuperación de la línea y de sus estaciones para articular y vivificar la zona promoviendo el turismo rural, campamentos o aulas de la naturaleza, teniendo en cuenta el valor histórico, paisajístico, ambiental y ferroviario que puede encontrarse a lo largo de la línea?

Durante muchos años, los trenes que han servido la línea han sido los automotores de la serie 592 denominados popularmente "camellos". Son trenes de los primeros años ochenta pero que, tras su reforma, han dado un buen servicio. Sin embargo, su composición fija de tres coches originaba lógicamente un bajo porcentaje de ocupación, algo que no hubiera ocurrido con vehículos de menor capacidad. Por otra parte, la situación de la infraestructura tampoco ha permitido sacar todo el rendimiento posible a estos vehículos.

Pero lo curioso es que la iniciativa de cierre no plantea -al menos en el papel- el abandono de la la zona, ni de la línea ni de sus posibilidades, sino que se trata de sustituir el tren por el transporte por carretera, de convertir el trazado en una “vía verde” y de transformar las estaciones en hoteles o albergues rurales. Es  decir, claro que se ven posibilidades y negocio…pero, ¿hay que quitar para ello  un servicio público, mucho más ecológico y de valor reconocido y deseado?... Se arguye también la necesidad de liberar el terreno urbano que ocupan las vías que van a la estación convencional de Cuenca y que colapsan el desarrollo urbano. Pues, aún aceptando ese argumento -que en buena medida podría llevar a más “ladrillo” , habría una solución simple si hay voluntad de ello: llévese también al tren convencional con poca inversión a la estación de alta velocidad “Fernando Zobel” y asegúrese un buen servicio de autobuses con el casco urbano. En ese contexto, ¿nos damos cuenta del excelente servicio público que podría prestar un automotor -ya de nueva tecnología- ejerciendo un servicio de lanzadera entre el tren de alta velocidad y los pueblos, hoteles o campamentos ubicados al lado o cerca de la vía convencional?

Las estaciones del tramo tienen una buena construcción y un estilo muy característico. Por supuesto que podrían ser muy útiles para distintos servicios

En resumen, puedo entender el interés empresarial en todas estas actividades pero para ello no hay necesidad de renunciar al tren. Un tren que con las nuevas tecnologías híbridas o de hidrógeno puede ser el medio más adecuado de transporte para líneas que discurren por zonas, como la que nos ocupa, de alto valor ecológico y paisajístico. Una vía verde es muy interesante para buenos ciclistas o buenos andarines pero excluye a personas más sedentarias, niños o personas que no estén en condiciones físicas adecuadas pero que tienen también todo el derecho a disfrutar de la naturaleza o de los entornos rurales o incluso familias dispuestas a establecerse en zonas rurales si se les asegura una comunicación aceptable. 

Un tren ligero haría posible todo ello y desde muchas estaciones de la línea -eso sí, rehabilitadas- se podrían emprender recorridos a pie o en bicicleta a los pueblos o entornos naturales o arqueológicos cercanos a la línea. Un tren adecuado a ese entorno puede favorecer todo ello y dar muchas posibilidades de desarrollo limpio y sostenible a esta zona de la España vaciada. ¿Cómo puede ser este Gobierno -que se califica de progresista y ecológico-  sea tan poco sensible, tan cortoplacista y tan contumaz en repetir los mismos errores?

1 comentario:

  1. si es que no va haber ruta verde al menos en todo el tramo, las que tambien tiene coste su construccion y mantenimiento, por la utilizacion de algun cicloturista, la que tambien saldria muy caro y la dejarian deteriorarse como la de tren. Que los edificioS de las estaciones seran, como mucho, almacen alquilado a algun agricultor de la zona, como esta ocurriendo en la linea de Valladolid a Ariza, con desnsa vegetacion dentro de la caja de la via, a las pruebas me remito.

    ResponderEliminar