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EL COCHERÓN DE CUENCA Y SUS JOYAS
En 1977 acariciaba la idea de volver a Cuenca ya que, a través del libro clásico de Ransome-Wallis Preserved steam locomotives of western Europe, me enteré de que en el cocherón de su antigua reserva de vapor se guardaban algunas locomotoras preservadas para el futuro Museo del Ferrocarril. Según la reseña de Ransome, estaría allí la réplica de la Mataró, construida por La Maquinista Terrestre y Marítima en los años cuarenta para la celebración del Centenario del ferrocarril en España junto con los coches de viajeros construidos con el mismo fin, es decir, el denominado Tren del Centenario. Además, encontraría a la 030-2107 El Alagón, la 030-2264, la 040-2091 El Cinca y ya, pertenecientes a una nueva generación, la "mastodonte" 240-4001 y la "1700" 241-2001.
Hice el viaje un domingo de mediados de junio de 1977. Tomé en Aranjuez el Talgo Madrid-Valencia que debería llegar a Cuenca a las 11,30. Cuál no sería mi sorpresa al ver aparecer a la cabeza del tren una locomotora de la serie 3000T, concretamente la 3003T Virgen del Yugo, recién pintada y bruñida. Yo esperaba una 2000T, que eran las que habitualmente se ocupaban de este servicio; después me enteré que las 3000T habían dejado de prestarlo en otras líneas ya electrificadas, en la que habían sido sustituidas por las "japonesas", así como en el trayecto Miranda-Bilbao, que pasó a ser servido por aquel raro engendro surgido de la unión de dos de las primitivas locomotoras de la serie 1-4 del Talgo II. En cualquier caso su servicio en este viaje a Cuenca y Valencia era circunstancial y debía estar en relación con la rotación de las 3000T que se ocupaban del talgo Mare Nostrum.
Como es lógico, lo primero que hice al llegar a Cuenca fue fotografiar a la 3003T.
A continuación, y tras preguntar a un mozo de estación -todavía existían- me encaminé hacia el cocherón, distante unos 400 metros del edificio principal de la estación. Antes de alcanzarlo, vi llegar al supuesto ferrobús Valencia-Cuenca que esta vez había sido sustituido por una diésel 1900 y coches convencionales de viajeros tipo 5000 (por supuesto mucho más cómodos que el "ferro").
El supuesto "ferrobús" de Valencia entrando en Cuenca (Ángel Rivera)
Una vez en el edificio se me comunicó que tenía que esperar a hablar con el responsable. Mientras tanto fotografié -ahora sí- a un ferrobús auténtico estacionado delante y que debía estar a la espera de hacerse cargo del siguiente servicio Cuenca-Madrid.
Además, tuve también la oportunidad de ver la llegada del TER Gandía-Castellón-Madrid, uno más de los múltiples trenes que en aquella época circulaban por aquella línea en un tiempo de esplendor para ella.
En cualquier caso estaba en ascuas para poder penetrar en el cocherón. Veía sobresalir de él un antiguo ténder y me emocionaba pensar lo que iba a encontrar allí dentro. Mi única preocupación era la poca luz que tendría para hacer buenas fotografías. Llevaba dos cámaras bastante rudimentarias y sólo una, la que llevaba cargada con el carrete de color, tenía flash. Por fin me autorizaron y entré. Lo primero que vi es que allí no estaba el Tren del Centenario pero me encontré, nada más ni nada menos, que con la 030-2107 El Alagón, una vaporosa de rocambolesca historia construida en 1868 y que ahora se encuentra, toda bruñida y reluciente, en el Museo del Ferrocarril de Madrid.
En la vía contigua, encontré como esperaba, de acuerdo con el libro de Ransome, a la 030-2264 con sus típicos cilindros exteriores y de línea muy clásica. Fue construida por Schneider en 1861 para MZA y ahora se encuentra, espero que aceptablemente conservada, en un parque de Arévalo. Tras ella, otra locomotora de recia personalidad, la 040-2091 El Cinca, también felizmente preservada en el Museo de Delicias. Construida por Schneider en 1863 para la Compañía del Norte trabajó casi todo el tiempo en la línea Madrid-Irún.
A continuación, y en la misma vía, aparecieron dos sorpresas para mí. La primera fue encontrar allí a la 120-0201, de la que no había noticia en mi libro-guía por haber llegado quizás posteriormente. Esta locomotora, construida en 1871, perteneció a la compañía del TBF y pasó a MZA cuando ésta absorbió a la anterior. Ahora está preservada en el Museo de Delicias, mientras que su hermana gemela, la 120-0202, tras muchos años expuesta en un pedestal en la Universidad Autónoma de Madrid, fue recuperada por el CEHFE y puesta en estado de marcha por los talleres de ARMF en Lleida.
Y la segunda sorpresa, tampoco reseñada, la recibí al aparecer el tractor diésel 10201, el primero de la primera y corta serie de dos ejemplares que se construyó en España, con su característico color verde dejándose ver a través de una gruesa capa de polvo. Fue fabricado, junto a su gemelo 10202, en 1935 por La Maquinista Terrestre y Marítima para la compañía MZA. Tras prestar servicio como tren blindado durante la guerra volvió a trabajar en Madrid hasta 1966 y, de algún modo, sirvió como prototipo para la construcción, muchos años después, de los famosos pegasines.
Llegaba ahora el momento de contemplar a las locomotoras de "nueva generación”. No eran dos, como se deducía del libro de Ransome, sino tres. En efecto, cuando en una primera ojeada vi una 240 y una 241, supuse que eran la 241-2001 y la 240-4001. Sin embargo, al verlas más de cerca, me di cuenta de que no se trataba de la 240-4001 sino de la 240-3001, la que, según mis informes, se encontraba almacenada en Ponferrada. Reparé entonces que la 4001 se encontraba en la primera vía, tras El Alagón.
Comencé fotografiando a mi querida 1700: la 241-2001 fue la primera de la serie 1700 que La Maquinista construyó para MZA en 1928. La retrataba casi en estado de éxtasis recordando cuando tantos días la veía pasar a ella y a algunas de sus compañeras por la línea de Madrid a Cuenca, ya degradadas, remolcando trenes mixtos, casi nunca correos, ellas, que habían sido el orgullo de MZA.
El atractivo frontal de la MZA 1701