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TRENES COMO RÍOS
En la última mitad del siglo XIX fue bastante normal entre las compañías ferroviarias el “bautizo” de sus locomotoras de vapor, bien con nombres de personajes significativos de la política o de la empresa o bien de accidentes geográficos –poblaciones, montañas o ríos- ligados en mayor o menor medida a las zonas por donde esos vehículos circulaban. A veces, como en el caso de MZA y de Norte, las series de locomotoras eran tan numerosas que no se podía guardar esa relación tan directa y la lista de esos nombres era un verdadero recorrido por la geografía de gran parte de la Península.
A lo largo del siglo XX esa costumbre se fue perdiendo y sólo la conservó hasta hace muy pocos años la compañía Talgo manteniendo las advocaciones marianas en el frontal de todas sus locomotoras. En cualquier caso no cabe olvidar que durante algunos años, en plena potenciación de los servicios regionales, los automotores de la serie 594 también recibieron algunas denominaciones ligadas a la región a la que en principio habían sido destinados, algo que ya no tuvo sentido cuando estos trenes pasaron a circular por otras zonas.
Sin embargo, a medida que desaparecían los “bautizos” de vehículos concretos, iban creciendo los de los trenes de media o larga distancia, algo que se generalizó fundamentalmente a partir de mediados de los años ochenta. Aparecieron así trenes “sierras” como “Sierra Gorbea”, “Sierra Ministra” o “Sierra del Madero”, pero sobre todo predominaron los “ríos” llegando probablemente a alcanzarse en conjunto no menos de veinte denominaciones. Cada uno de estos trenes –o servicios- tienen su pequeña o gran historia pero de todos ellos voy a fijarme, por su singularidad y porque los conocí muy directamente, en aquellos que durante unos años unieron Toledo con Madrid y distintas capitales castellanas.
Fue en mayo de 1988 cuando se instauró un servicio Cuenca-Toledo-Cuenca, servido por un TER, que recibió la denominación de “Río Riánsares”. La elección de este nombre tan poco conocido respondía a que este río tiene la singularidad de nacer en la sierra de Altomira, en la provincia de Cuenca, y desembocar en la laguna de Taray, ya en la de Toledo.
El TER 9712 en la estación de Toledo dispuesto a salir para Cuenca asegurando el servicio “Río Riánsares”.
Además, en esa misma ocasión, también se introdujo otro servicio exprés con Madrid servido a su vez por un electrotren de la serie 432, que empezaban a abandonar los servicios de larga distancia. La verdad es que resultaba impactante y extraño ver este material en la estación toledana donde los únicos trenes que llegaban allí durante muchos años habían sido los ferrobuses y las unidades eléctricas 600 y 440.
Dos electrotrenes con librea original en la estación de Toledo
Pero la sorpresa iba a crecer aún más ya que, un año después, en 1989, y bajo la denominación “Regional Exprés” y ahora con un mayor número de electrotrenes 432 disponibles, se establecieron unos curiosos servicios transversales que unían Toledo con diversas capitales de Castilla y León. En el fondo eran servicios de media distancia desde Madrid que se originaban y continuaban hasta Toledo, aumentando así la calidad de un servicio muy usado por gran cantidad de turistas. Y, de nuevo los ríos volvieron s ser protagonistas. Así la relación con Ávila la cubría el tren “Río Adaja” mientras que el “Río Eresma” lo hacía con Segovia. El “Río Arlanzón” llegaba hasta Burgos y el “Río Bernesga” alcanzaba León y Ponferrada. Por otra parte, el primitivo servicio con Madrid se prolongó hasta Zaragoza bajo la denominación de “Río Tajo”.
En 1990 los dieciocho electrotrenes que quedaban en activo de los veinte iniciales se modernizaron en los Talleres Generales de Valladolid. Fueron objeto de varias modificaciones pero lo más llamativo fue el radical cambio de librea: el rojo se perdió por completo y mientras los laterales quedaban en blanco y azul, los testeros pasaron a gris y amarillo. De nuevo la estación de Toledo aparecía desconocida con la presencia de estos colores que se mezclaba con el rojo “rojo” de los todavía no modernizados y el azul profundo del TER.
Poco a poco estos curiosos servicios se fueron suprimiendo y ya en 1995 todos los servicios con Madrid se realizaban con unidades 440. Y también, poco a poco, las 440 “originales” fueron dejando paso a las “renovadas” 470. De este modo. en el año 2000 todos los servicios con Madrid se realizaban ya con ellas y bajo la denominación otra vez de “Regional Exprés”.
Se fueron los colores, se fueron los “ríos”, y también lo hicieron los 432 que pintados de blanco y naranja pasaron a ocuparse de otros servicios lejanos…Y volvió la monotonía a la estación toledana. Años después, la alta velocidad llegó pero con la sempiterna presencia de los trenes 104, tan eficaces pero también tan anodinos. Sólo la rompió durante unos meses la presencia de algunos trenes de la serie 100 asumiendo un servicio de alta velocidad entre Toledo y Albacete que no pudo ser. Quizás es que no hay “ríos” entre ellas.
Curioso ese servicio inicial en la denominación cubierto por el TER,no tenía constancia de ello,o,al menos,no lo recuerdo,si,efectivamente casi al comienzo de la década de los 90 los cubiertos por los también formidables 432,recuerdo los anuncios publicitarios en las paginas de la revista "Trenes Hoy".Si,realmente el cambio de librea para estos electrotrenes fue un pequeño "shock"acostumbrados a su muy distintiva librea roja,y más aun con la última blanca-naranja que recibieron,aunque sin perder ese crédito de distinción y comodidad...Me alegra aún tuvieras oportunidad de disfrutar de su presencia,y del TER,en este caso,nunca los conocí en vivo,¡lastima!,si los 432 con la librea inicial...Sirvan las imágenes y los recuerdos para deleite de la memoria...
ResponderEliminarA mi me encantaba el "Sierra de Gredos", de Cáceres a Barcelona y por la vieja línea MZA, junto al Ebro. Magnífico.
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